lunes, 21 de mayo de 2012

como verano, a ser posible

con el paso del tiempo, una nueva mirada. mirada nueva, además, si incide en valorar aquello que fue detalle o aspecto irrelevante, entonces desapercibidos en la ceguera de su rutina

los días los describo como una
sensación de nieve en los labios. no importa,
dices, o poco: si yo fuera a nevar
en tu libro infinito,
el mundo seguiría estando ahí.
como verano, a ser posible
Ron Winkler, Nota de diciembre

agenda

la exploración visual de fotografías remite a reparar en lo que tuvimos, en donde estuvimos, en lo que nos vestimos, en lo que comimos,... permitiéndonos el trazado de esa parte reconocible de lo que somos en cuanto hemos sido

Sólo puedo decirlo con la canción en blanco,
imágenes que se unen al decirlas
como las líneas de la carretera
se vuelven línea entera en la velocidad,
rápidos pueblos-calle, aldeas enlazadas
.
Álvaro García, Canción en blanco

de igual modo, retroceder unas hojas: sopesar el sigilo con el que los personajes secundarios se han ido aproximando al borde

Pistoletto

*

cuando finalizo El río de las edades, me remonto al inicio: «ajenos a nuestra posibilidad presente. ..., la (trágica) finitud de nuestra condición El aire... Los libros las trazas (materiales) de la catástrofe, humus Lo real la pantalla roja de los párpados. [pantano de Los Hijos en Los materiales] nos vimos lejos, Sabemos, aunque no sepamos que sabemos,... la nada,» al volver sobre lo transitado, el recorrido es más ágil, apenas me detengo en determinadas páginas: palabras (a modo de señalética) y yo, más que vincularlo con la relectura de Marca de agua

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En agua, labios lívidos, temblar de tiempo puro,
el pacto del otoño y de esta noche
llena de tiempo porque sí.
Álvaro García, Canción en blanco

tiendo a relacionarlo con el recorrido que traza Pela del Álamo en Nacional VI cuando, siguiendo un impulso personal que lo retrotrae a su pasado, va al encuentro de lugares de paso cuyos habitantes constituyen una población de fantasmas supervivientes de otra época: personajes secundarios que una vez formaron parte del casting de su escenario vital y el tiempo ha ido relegando al margen

*

Prueba el hilo de auga
que se adueña, un instante, de tu boca.
Álvaro García, Canción en blanco

118-12 A

miércoles, 9 de mayo de 2012

si yo fuera a nevar

los signos estacionales confinados a los escaparates. da igual, entre las páginas

...ese que somos sin saberlo y que está más enterado que nosotros de lo que nos conviene, seguía observando una prudente reserva. Era en los días de sol, a eso de las doce del mediodía cuando pasábamos por allí, y ése, que vive escondido, resguardado de las peripecias rápidas, de los instantes fugitivos que recorren y enturbian la superficie, pensaba seguramente que iba a caer la tarde y que volvería el invierno. Pierre Bergounioux, El río de las edades

(temores)

Ojos.

*

cuando las derivas del significado se vuelven instrumentos de dominación y no medios de la emancipación porque si «Las palabras pueden ser como minúsculas dosis de arsénico: uno las traga sin prestarles atención, parecen no producir ningún efecto y, de pronto, después de algún tiempo, el efecto tóxico se hace sentir» resulta acertado pensar con Javier Marías lo que comenta en Pobre perdona a rico: «Uno de los momentos más temibles de la historia de cualquier país se produce cuando a la gente empiezan a parecerle aceptables o incluso normales medidas o leyes que son completamente anómalas y de todo punto inaceptables. Suelen aparecer poco a poco, luego se van acelerando. Las primeras nunca resultan muy graves -aunque sean injustas, arbitrarias y sin sentido-, y por eso casi nadie se rebela. Pero cuesta creer que a estas alturas no sepamos que después de esas primeras vendrán otras peores, y que por eso hay que denunciar aquéllas, por inocuas que parezcan, y no consentirlas.»

ventana

Tal vez ahora, en el otoño del final del Poema, sea justamente el tiempo para leer a Hölderlin y a Sófocles, después de la tragedia, en el silencio del nihilismo que el poeta alemán barruntó sobriamente en su último verso: «deja que al fin yo por siempre en tu fondo el silencio recuerde». Arturo Leyte, Epílogo: El Archipiélago ZONA POÉTICA en Helena Cortés, El Archipiélago

Ojos.

*

nos parece ver nacer con el día un atisbo de lucidez: desperezado por las rutinas de la mañana. vislumbrar apenas la nitidez de alguna imagen

Solo ella, la imagen, es susceptible de retener el tiempo, personal y colectivo, en su huida incesante. Y solo el paseante, cabría añadir, entregado a su soñadora flânerie, tiene el don o la capacidad de acceder, más allá de los enclaves «de postal», a los lugares donde permanecen jirones de «tiempo recobrado»." Eduard Cairol, Philosophenweg Paseos filosóficos: de Rousseau a Benjamin

que instantes después y aunque la ventana permanezca cerrada, se desvanecerá con el vaho del espejo. entonces ya solo quedará tu rostro al alcance de la mano

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Ojos.

los días los describo como una
sensación de nieve en los labios. no importa,
dices, o poco: si yo fuera a nevar
en tu libro infinito,
el mundo seguiría estando ahí.
como verano, a ser posible
Ron Winkler, Nota de diciembre