probablemente, en el momento en que
se transforma
el sentido originario del paquete básico de palabras sobre las que una vez se empezó a construir el sentido, en algún lugar
se traza una línea
en realidad, el
fondo de armario del vocabulario de cualquier lengua o
palabras básicas permanece a resguardo conformando un reducto de memoria al margen de modas de temporada. sin duda, con
lagunas:
laku, lago, llac, lac, lake... (en cualquier caso, nada más próximo
a aita
Entrei em casa. Apenas a lareira fria, as janelas fechadas a moldarem sombras finas no escuro. Do silêncio, da penumbra, um crescer de espectros, memórias? não, vultos que se recusavam a ser memórias, ou talvez uma mistura de carne e luz ou sombra. E vi-te pensei-te lembrei-te, à mesa, sentado no teu lugar. José Luís Peixoto, Te me moriste
en Aita (
José María de Orbe, 2010) el
espacio vacío, des
habitado
Comigo, a casa estava mais vazia. O frio entrava e, dentro de mim, solidificava. As várias sombras da sombra de mim, imóveis, passeavam-se de corpo para corpo, porque todos eles, todos meus, eram igualmente negros e frios. E abri a janela. José Luís Peixoto, morreste-me
de la
casa familiar que es perfilado por la luz exterior, al abrir las ventanas adquiere primero entidad,
después, profundidad
Todo en 'Aita' es real, pero una vez que ha pasado por el tamiz de su director, Jose María de Orbe, se convierte en ficción.
¿Te gusta esta casa?
Una casa no se construye sólo con piedras, cimientos, etc. El modo de mirar de un hombre también la construye. El modo de mirar da el aspecto a la realidad. Clarice Lispector, Descubrimientos. Crónicas inéditas, "Carta atrasada"
—descubrir
la mirada de Giotto
en los intersticios
de las
cajas de Oteiza—
Y este lugar que era mundo, ahora vacío hueco, quiere ser mundo todavía. Y realmente, todo se mantiene suspendido. Todo quiere e intenta ser igual. Todos parecen creerlo. Sin ti, las personas aún van a donde iban, aún siguen las mismas líneas invisibles. José Luís Peixoto, Te me moriste
de alguna manera, la película podría considerarse una
versión vasca del paisaje de
Uncle Boonmee Who Can Recall His Past Lives o como
eslabón del trayecto de Eddie Saeta trazado por Lluís Miñarro. en cualquier caso, se propicia el clima adecuado para la aparición de
fantasmas, y éstos,
familiares o no, podrían atender al
eco elegíaco de las palabras de Peixoto, de
Joyce:
Catarsis final que sumerge la búsqueda más íntima del cineasta en una aventura vivificadora, capaz de dialogar con una multiplicidad de vías (cinematográficas, estéticas y culturales) pero también con sombras y herencias que pesan, en palabras de James Joyce, “sobre todos los vivos y sobre los muertos”. Carlos F. Heredero, "Los vivos y los muertos", Cahiers du Cinéma España nº 39, noviembre 2010
si al inicio, el negro de la pantalla se matizaba a medida que se abrían las ventanas de la
casa y la luz
se encaminaba por los corredores, finalmente
se abren paso proyecciones —permitamos a la palabra saturarse de significaciones— y la convierten en
heredera directa de
Tren de sombras (José Luis Guerin, 1997). así, este espacio constituido como
escenario es emplazamiento de
clave única que permite a cada proyección em
parentarse con la
representación, con la
danza
Otros bailes son la añoranza de este coraje. Este baile es el coraje. Otros bailes son alegres. La alegría de este es seria. O la alegría es dispensada. Es el triunfo mortal de vivir lo que importa. Clarice Lispector, Descubrimientos. Crónicas inéditas, “España”
nieuwZwart, después de
The Waste Land, después de
Neither, después de
Schwarz auf Weiß (negro sobre blanco)
Padre. Perderte. He revivido el silencio insepulto de tus labios muertos. Y las sombras de nosotros mismos, como si esperasen apenas estos pensamientos para perderse, mezclarse en el negro. José Luís Peixoto, Te me moriste