miércoles, 21 de noviembre de 2012

treinta y dos de cuarenta y nueve

La saturación de datos e imágenes con que llenamos nuestro tiempo en nuestros espacios conectados quiere (y puede) aniquilar el espacio vacío requerido para una autogestión del yo, para la dotación de sentido y la crítica de aquello que hacemos, pero también su posibilidad de «pérdida», de «tiempo vacío» o de juego: esa ventana, esa nube, ese rostro… Remedios Zafra, Un cuarto propio conectado