viernes, 30 de noviembre de 2012

treinta y nueve de cuarenta y nueve

Pensé en la identidad como en una pequeña fortuna familiar que me hubieran confiado desde niño, una cantidad que tendría que haber administrado hábilmente hasta el final de mis días y que yo había optado por malgastar hasta la bancarrota.
Juan Sebastián Cárdenas, Zumbido