jueves, 1 de abril de 2010

Opus 4 nº 4: Ostinato Soap

with or without words,
looking for a world

An object, after all, is what makes infinity private. Joseph Brodsky, Watermark



en el detalle,
silverpoetics
(casi) palabras
la main
o insignificante
Cuchara Sónica
Extrañas descripciones.

I wanted to work with the tradition of self-portraiture but also with the classical bust...I had the idea that I would make a replica of myself in chocolate and in soap, and I would feed myself with my self, and wash myself with my self. Both the licking and the bathing are quite gentle and loving acts, but what’s interesting is that I’m slowly erasing myself through the process. So for me it’s about that conflict, that love/hate relationship we have with our physical appearance, and the problem I have with looking in the mirror and thinking, ‘Is that who I am?’ Janine Antoni

impresión
de un sabor petrificado
I'm thinking.

Hay mucho que decir acerca del jabón. Exactamente todo lo que él cuenta de sí mismo hasta su desaparición completa, consumición del sujeto. Este es el objeto mismo que me conviene.

*

El jabón tiene mucho que decir. Y lo dice con locuacidad, entusiasmo. Cuando ha acabado de decirlo ya no existe.

*

Una especie de piedra, pero que no se deja rodar por la naturaleza: antes que dejarse rodar por las aguas se nos desliza entre los dedos y se funde a simple vista. Francis Ponge, El jabón

Still Life
(I'm not:
en plâtre
a table)
hello,



Fragments ecmnésiques
Questionnez vos petites cuillères

Hay mucho que decir a propósito del jabón. Exactamente todo lo que él cuenta de sí mismo cuando se lo rocía con agua de cierta manera. En seguida parece inclinado a decir muchas cosas. Que las diga pues. Con volubilidad, con entusiasmo. Hasta desaparecer por el agotamiento de su propio tema. Cuando ha acabado de decirlas no existe. Cuanto más tarda en decirlas, cuanto más puede decirlas y más lentamente se funde, de mejor calidad es.
Naturalmente siempre dice lo mismo. Y lo dice no importa a quién. Se expresa del mismo modo con todo el mundo.
Piedra charlatana...
Que hay mucho y casi infinitamente que decir a propósito del jabón es evidente. Y puede ser que haya más para farfullar que para decir. Aquí se impone una cierta volubilidad extrema. Y un cierto entusiasmo en perderse, en entregarse.
No duda tampoco en decir siempre las mismas cosas. Y en decirlas siempre del mismo modo. Y en decirlas del mismo modo a no importa quien -con júbilo, se sobreentiende-. Francis Ponge, El jabón

o, si se tratase de un error, estaría en no distinguir cotidiano de rutinario

(acercamiento a las visibilidades de una película superficial)

Who Has Stolen Our Bodies?

jueves, 18 de marzo de 2010

Opus 4 nº 3: Ostinato Internship in Private

cuando te hablan

An object, after all, is what makes infinity private. Joseph Brodsky, Watermark

de volver

Etimológicamente (objectum) significa “arrojado contra”, cosa que existe fuera de nosotros mismos, cosa colocada delante con un carácter material. Esta última acepción es especialmente valiosa en el cine de Isabel Coixet, donde los objetos suelen cruzarse en el plano, escamoteando protagonismo a los personajes, como si interrumpieran el tiro de la cámara hacia el sujeto protagonista de la acción. Isabel Navarro, “Los teléfonos dicen lo que los personajes callan. La elocuencia de los objetos en el cine de Isabel Coixet”

es como si además de
la instalación
el catálogo
el vídeo

La misma cosa se dice de muchas maneras que estamos culturalmente habituados a no aceptar oír juntas, mientras que son tota simul, a la vez en simultaneidad y en similitud. No es que esta misma cosa sea única o especial; allí está formada y transformada, remo y rastrillo, como se la llama. Barbara Cassin. Con el más pequeño y el más imperceptible de los cuerpos

(volver)



la rutina llegase
media vuelta o vuelta entera

Su cabeza se fue hacia lo doméstico, una serie no menos acompasada de gestos que no son nada por sí mismos (poner el lavarropas, sacar dos pollos del congelador, no olvidarse de, y después). Barbara Cassin, Con el más pequeño y el más imperceptible de los cuerpos, “¿Como un piloto en su navío?”

al mirar por el retrovisor

Pero no estamos hablando de ti.
Tú sólo existes en esta historia en la medida en que eres
testigo de sus pasos o,
para ser más precisos,
de sus gestos.
Tú das fe de sus gestos,
para eso estás aquí.
Lo que tú sientes,
lo que piensas no importa,
es irrelevante
.
Lo sabes y lo aceptas.

Sigamos pues.
Itziar Mínguez Arnáiz, Cara o cruz, “rutinas”



I'm thinking.

¿De qué fragmentos se compone lo que digo, lo que pienso, lo que escribo? ¿De qué fragmentos de la historia de todos, la historia que me hizo? Un resultado entre tantos con derecho a creerse especial entre todos, con derecho a creerse... Chantal Maillard, Husos. Notas al margen

I'm not:

El fragmento había aparecido en Francia en un siglo XVI desgarrado por guerras civiles y religiosas, como una forma mundana y a la vez anti-pedante, anti-sistemática, anti-filosófica y anti-teológica que aborrece cualquier sistema. Posee mayor circularidad, autonomía y unidad que el discurso elaborado, con sus transiciones sinuosas o cimentaciones torpes. Julián Mateo Ballorca, Pascal Quignard, riesgo, trance y ferocidad, prólogo a El lector

flujo vertical

¿Y todas esas notas al margen, esos textos escritos con la mano izquierda o no escritos en absoluto, esos evadidos de los libros o esos puntos en los éstos tropiezan y cuyos extravíos, zigzags, minúsculas inflexiones y agrietamientos inimitables y contingentes se estima -Schwob (escritor francés del siglo XIX) más que Plutarco- que, finalmente, constituyen la obra tanto como los textos mayores? Bernard-Henri Lévy, “De libros y elegías

contra el sentido horizontal de mesa puesta: primer plato, segundo plato y postre o desayuno, comida, merienda y cena

No porque su cotidianidad y la cotidianidad de esos otros medios sea la misma. Sino porque hoy estamos muchísimo más blindados contra la normalidad. Apenas nos la creemos. Y sabemos que hay algo increíblemente extraño en todos nosotros. Lolita Bosch, "Fantasías animadas"

Blogito, everstill
then,
just trishia,
impresión

viernes, 5 de marzo de 2010

Opus 4 nº 2: Ostinato Frozen Inner

An object, after all, is what makes infinity private. Joseph Brodsky, Watermark

en el detalle, la fractura y la enmienda de lo frágil en lo cotidiano:
abrir una alacena, la nevera


En el año 2000, la veterana Agnès Varda realizaba un gesto que condensa buena parte del devenir del documental en la última década. Mientras blandía una pequeña cámara digital, sus dedos, tratando de asir los vehículos que circulaban por una autopista, se convertían en un punto de mira que nos daba la nueva medida de las cosas: una cámara y un camión caben en la palma de una mano, ésta es la realidad que yo os muestro. Los espigadores y la espigadora contenía esa necesaria dosis de reflexión -ya autocrítica con una tradición- que ha dinamitado los principios de objetividad y sobriedad del documental hasta acabar desfigurándolo. Y quizás, no tanto para acercarlo a la ficción, puesto que estos años hemos visto cómo esta modalidad se ha parapetado en una negación: “no ficción”, una etiqueta que, en definitiva, recoge el desconcierto propio y ajeno; sino para ampliar sus límites y asumir, por fin, una serie de cuestiones antes vedadas de las que, en este somero repaso, destacaremos dos: la asunción de la propia subjetividad y la condición actoral de los personajes que participan en el film. Elena Oroz, "Pequeños gestos, enormes consecuencias", FUSIONES DE LA FICCIÓN Y EL DOCUMENTAL, Cahiers du Cinéma España, nº 31, Febrero 2010
además de
la instalación
el catálogo
el vídeo



y aun sin poder etiquetarla de "no ficción" no lejos del planteamiento de la reflexión de Elena Oroz, una película: Tres dies amb la familia. en ella, la narrativa de Mar Coll se articula contra la natural disposición al olvido que al hiperestímulo aturdidor de nuestra inmediatez hace frente como antídoto. construye su discurso desde un territorio no claramente delimitado que sería impreciso denominar memoria activando certeras estrategias de identificación y cuyos presupuestos son mecanismos de interiorización que articulan la ficción en un proceso cuyo carácter fragmentario aunado al nivel de extrañeza individual

Aquí no puedo ya continuar. No sé dónde ocurre fuera o si el texto está dentro, dentro fuera o si el texto está él mismo fuera, o si fuera está en el texto. He aquí lo que ocurre cuando se escribe lo que ocurre. Pero puedo decir aquí que estoy segura. Sí estoy segura de que estoy segura. Hélène Cixous, El amor del lobo y otros remordimientos

dificulta un intercambio con el exterior libre de conflictos. frente al impacto, la interposición de cierta distancia permite determinar la necesidad de anteponer la reflexión al precipitado devenir de lo simultáneo. cuando se adentra en esta visión macro de las relaciones, Mar Coll realiza una lectura rohmeriana, minimalista, de la proyección sentimental en los objetos desplegada por los protagonistas, en contacto directo con lo esencial del Wong Kar-Wai de Chungking Express pero con un estilo caracterizado por un despojamiento retórico antiefectista. recoge, así, el desamparo ante una alacena vacía a la hora de desayunar cuyo valor relacional trasciende a la esfera de lo personal

En este discurso, la lavadora parece la casa inmaterial de la conciencia, pero también un caparazón físico para el aislamiento. En la lavadora se limpia (y se agita) la ropa sucia, que es el síntoma físico de la intimidad. La ropa sucia es un objeto biográfico, tal y como lo describe Violette Morin, ya que es consecuencia del gusto, reafirma la individualidad y se deteriora con la experiencia. En el cine de Isabel Coixet los personajes llegan cargados con un saco de ropa sucia a esas lavanderías públicas que no tienen rincones y obligan a la convivencia. Las lavanderías se organizan como espacios cuadrados con las máquinas en el centro, las secadoras en un lado y unas grandes cristaleras a la calle, como escaparates, donde los personajes exponen sin querer parte de su secreto. Isabel Navarro, De los que aman: el cine de Isabel Coixet, “Los teléfonos dicen lo que los personajes callan. La elocuencia de los objetos en el cine de Isabel Coixet”

viernes, 26 de febrero de 2010

Opus 4 nº 1: Ostinato Landscape

Listen to your eyes

An object, after all, is what makes infinity private. Joseph Brodsky, Watermark

(acercamiento a las visibilidades de una película superficial)

Pero ahora están arrancados de los largos filamentos de sus miradas, tendidos, sin que por ello sea posible penetrar en ellos. La pupila como recubierta de un tejido negro, bordeada por una cenefa que es como un oro fino en láminas. Con un sobresalto parecido al que se siente cuando al morder se nota algo duro, se descubre la impenetrabilidad de esos ojos, y se tiene la sensación, al mirar la mesa, que se está ante puro metal o piedra. Rainer María Rilke, Poemas en prosa. Dedicatorias, “El mostrador del pescadero (Nápoles)



una instalación
un catálogo
un vídeo

La topologie de l'être contraste avec l'architecture du non lieu, et il réussit toujours à montrer que le premier habite le second, le sauve et lui donne un sens. James D. Campbell, œuvres de passage, “Ostinato spatial dans le temps ralenti

partes de
un rostro



a un rostro
(œuvres de passage)
I'm thinking.

De «esto» hacemos cosas, y de las cosas, objetos. Detener para tener. Detener en el término (en el fin y en la palabra) lo que pertenece al curso, el estar-siendo de las cosas. Detener el proceso, interrumpir las trayectorias. Interrumpir en vez de inter-venir. Chantal Maillard, En la traza, “Lo que las cosas «son»”

I'm not: Blogito, everstill
then,
just trishia,



impresión
de un sabor petrificado

Bestué & Vives (Galería Estrany-de la mota, 10-b06). Memorables sus cartas a cien personalidades de la sociedad catalana que han mostrado el MACBA en su colectiva El mal de escritura (actualización de la típica suposición «qué le dirías al famoso de turno si un buen día te toparas con él»). Suponemos que entre misiva y misiva, fueron surgiendo las ideas de los Encargos difíciles que ahora presentan en ARCO, muy en la línea de aquellas Acciones con las que les descubrimos y que trajeron tanto aire fresco al rígido panorama patrio. Ahora se trata de implicar a un tercero (que es donde reside la gracia) y tejer un traje de ganchillo para una tortuga, sacar el molde en silicona de un beso, fundir anillo a medida para un cactus... La lista de posibilidades no ha hecho más que comenzar. ABCD, "Un buen sabor de boca"

viernes, 12 de febrero de 2010

_blank

See with your eyes closed
Tell me where you go
Speak from the inside
Don't let your heart grow cold
See with your eyes closed. Xandy Barry, “See with your eyes closed

cansada, al final
entre las manos

Un hombre embotado y enfermo imagina la dulzura de morir o de ir borrándose poco a poco a sí mismo como se borra una figura sobre una pizarra. De pronto una sola línea inconexa alude a un paraíso: Los toldos color naranja en los veranos del sur. Pero quizás Nabokov ya no soñaba una novela sino el borrador de una pesadilla. Antonio Muñoz Molina, “Borrador de un sueño

de la tos, el eco
invierno inconcluso
un llavero

La boca seca. Ya no hay saliva. ¿No la hay? Un hilo forma imagen. La imagen de un cuerpo. Blanco. [...] Pero forma imagen. El hilo. Algo segrega. Chantal Maillard. Husos. Notas al margen



Tampoco es necesario acabar de leer ciertos libros. Uno lee un poco y ya se da cuenta de qué es lo que hay dentro. [...] Son novelas sin historia. No es una prosa que corre en sentido horizontal y por ello no es necesario leerlas hasta el final para estar en ellas. Santiago Gamboa, “Libros que no acabé de leer

intensificado el sabor de abrir una alacena, la nevera flujo en sentido vertical (condensación de prosa, si novela o no, extracto de poesía) contra el sentido horizontal de mesa puesta: primer plato, segundo plato y postre o desayuno, comida, merienda y cena

aceptando una cosa que ya ha sucedido. Carlos Cristos en Las alas de la vida (Toni Canet)

(acabar [o no] de) leer ordenadamente un libro.

ANTES Y AHORA son dos posiciones muy alejadas, comprender esa distancia y perdonarla puede consumir una vida, pero ni antes ni ahora tienen la culpa, porque se separaron naturalmente en el tiempo, la culpa es nuestra por no haber entendido lo más brutal, lo más sencillo.
Que antes ya no existe y que ahora es justamente esto. Ray Loriga, “Antes y ahora

flanes
y flanes

Y vuelvo al tejido intacto, en mis ocupaciones, vuelvo a encontrarlo allí donde lo dejé ayer, eso que llamamos ayer y no es sino persistencia de las líneas en su modulación. Chantal Maillard. Husos. Notas al margen

a inicios de año, las miradas retrospectivas añaden a los top-ten reflexiones

Y de reflexión en reflexión, mi embestida filosófica llegaba al punto que hasta hubiera jurado haber visto un baile en el cuarto contiguo, escuchar el sonido de los violines y los clarinetes sin moverme de mi sitio;... Xavier de Maistre, Viaje alrededor de mi cuarto, XXXI. Inventario

errancias

Pero volvamos por un momento a la sala de baile. Ella, que tenía nombre, claro está, porque era una mujer real, no una heroína de folletín, bailaba. Y bailaba endemoniadamente bien. Ray Loriga, Ya sólo habla de amor, “La sala de baile IV”



Por supuesto, la división no es arbitraria ni azarosa, sino que podría verse como los dos lados de una gran grieta que atraviesa el cine de hoy y que incluso impediría un diagnóstico más o menos aproximado acerca de los caminos que está siguiendo. Por un lado, una estética minimalista, arrimada a la parquedad del estilo y de las formas, como si la sencillez y el despojamiento fueran las mejores maneras de mostrar la complejidad del cine contemporáneo. Por otro, una especie de exuberante neobarroco en el que la narratividad se despliega en todas direcciones y las estructuras se retuercen, vuelven sobre sí mismas para empezar de nuevo o enlazar visiblemente con el cine del pasado, ya sea respecto a su historia o a la filmografía de sus autores. Carlos Losilla, “Minimalismo neobarroco”, Cahiers du Cinéma España, enero 2010, nº 30

el intento

El asíndeton no tiene sintaxis ni tiempo, es la abrumadora simultaneidad de lo desatado en la videosfera, en la sociedad red, en la galaxia internet. Es una lluvia de sustantivos sin metáfora ni sustancia –insustanciales–, sin sintaxis vivencial. Vivir en el asíndeton es no vivir, es ser aplastado por la simultaneidad omnipresente de los flujos de información en el entorno urbano, de la fragmentación del hipertexto, es ser apabullado por un exceso que anula la acción. José Raúl Pérez Fernández, d_m_c

asintáctico, atemporal
de explorar

Y entonces la grieta entre minimalismo y neobarroco se adelgaza hasta que ambos hallan una zona de encuentro, allá donde la sencillez se vuelve laberíntica, igual que sucede en Yuki y Nina cuando la niña descubre, en un claro del bosque, otro tiempo y otro país, o en Liverpool cuando la película abandona al protagonista y nos deja a la deriva, rompiendo la linealidad extrema del relato en un camino sin retorno. Carlos Losilla, “Minimalismo neobarroco”, Cahiers du Cinéma España, enero 2010, nº 30

el espacio entre



orillas opuestas

Un même effacement,
Désirer, prendre,
Presque de même poids
Être, ne pas être
. Yves Bonnefoy, Les planches courbes, “Une pierre”

(falso vacío)

Bois, et qu'ouvre ta main
Ma robe rouge
Que consente ta bouche
À sa bonne fièvre. Yves Bonnefoy, Les planches courbes, “Que ce monde demeure !



Puede. Pero las frases hechas se deshacen viviendo. Itzíar Mínguez, Cara o cruz

viernes, 15 de enero de 2010

i.e. a buttress (vano, na)

Nada de lo que se hace a ciegas es inútil para ver. Chantal Maillard, Hainuwele y otros poemas, “La ofrenda

si empiezo diciendo algo así como cuanto mayor pretendas hacer la distancia que separa un año de otro, menor terminarás por considerarla y hago el énfasis en la distancia, a algunos podría sonarles a anuncio de colonia Recuerdo que hace tiempo había un anuncio en televisión que empezaba En las distancias cortas... también podría prescindir del énfasis pero daría igual: me sonaría tan cierto el punto final Priceless® de la publicidad y sus comecocos rumbo a la feliz fusión como la insoportable gravedad del buscador_

¿ha de hablar el vaho
..........de todo aquello que calla
....................si no es qué (cuando) el silencio
lo aprisione entre las cuencas de sus ojos?
Neorrabioso, “Tres poemas de EDDIE (J. BERMÚDEZ)

cuando no es tanto el ojo cuanto el párpado
la mano cóncava
el sol_


Supón que ves el hueco de la mano, supón ahora que quitas la mano y queda sólo el hueco. Belén Gopegui, La escala de los mapas



un libro
una imagen_

Uno nunca sabe dónde ellas –las imágenes- habitarían más cómodas. Quizás en los rebotes de la luz entre las cosas, entre los seres del mundo –acaso flotando en la inmemoria de la nada, reverberando en las durezas que restan en lo ciego. Quizás mejor en las proyecciones que como fogonazos de deseo produce en la oscuridad nutricia del pensamiento la querencia del estar, del ser, para los hombres. José Luis Brea, “Una imagen es una imagen es una imagen (tres escenarios)

susurros
un hilo
luz negra

Luz negra del arte, luz ciega. Resplandor breve que, como aura oscura, asalta desde el reverso de un interior que no se tiene a sí mismo sino como eco completo y vacío del afuera – corte ciego en una trama infinita cuyo no lugar suspende en ecuación singularísima, concreta. José Luis Brea, Un ruido secreto, “Sol negro -La luz del arte-”

blancura ciega

Para volver a dar con el camino hacia la cama encendí la vela. A mi alrededor, la oscuridad se hizo más densa e impenetrable. Miré fascinada la mecha ardiente y negra que se erigía orgullosa en mitad de la llama. El fuego la envolvía y parecía no tocarla. El cuerpo de la vela dejaba transparentarse un pálido resplandor blanco, como si tuviera otro fuego alojado en su interior. No era una llama, ni siquiera una luz, era más bien una mancha delicada, una sombra blanca que no podía percibirse sino en plena noche y que no hería los ojos; una blancura ciega, no cegadora. Catherine François, El árbol ausente

un árbol_(ausente)

Como si de un árbol hueco quitásemos el árbol, como si de una pared hueca quitáramos la pared o de un armario quitásemos la madera y la barra con perchas y ropa colgada. Belén Gopegui, La escala de los mapas



Quien dice hohl ("hueco", "vacío") está tocando la raíz. De la palabra hohl surgen tanto Heil ("salud", salvación") como Hölle ("infierno"), y en inglés se escribe tanto hole ("vacío") como whole ("total"). El que dice hohl habla de la totalidad. Vilém Flusser, Filosofía del diseño. La forma de las cosas, “Ollas”

aquella imagen
un post
esta imagen:

en el detalle, la fractura y la enmienda de lo frágil en lo cotidiano: sobre lo que (no) era y (no) es, sobre quien (no) se era y (no) se es o ¿la incapacidad infantil de reconocer a la abuela en la joven que fue »-¿Y ahora quién es? -Y me dijo: “Fíjese: en este ¿Ahora quién es? radica el enigma de una vida”»? (not sure!). mirada extrañada a las sopas de pan o tal vez decirse hay algo en la palabra vajilla que la aleja de lo diario

NO real flowers would give of themselves
as these do, the soft tips of their petals
easing out under the painted gold borders,
then bleeding into puffs of blue, and the aunt
who in her old age gave me these cups
and saucers, the plates, bread plates and platters
the gravy boat, and the big covered bowl
that for seventy years she brought to her table
heaped high with buttercup potatoes,
she too, like one of these soft blue flowers,
has slipped beyond the thin line at the edge.
I lift this cup to her. Flow, blue. Ted Kooser, Delicias y sombras, “FLOW BLUE CHINA

a la misma velocidad que la aproxima a otros términos
cosas, objetos_

vano1, na. (Del lat. vanus.) adj. Falto de realidad, sustancia o entidad. || 2. Hueco, vacío o falto de solidez. || 3. Dícese de algunos frutos de cáscara cuando su semilla o sustancia interior está seca o podrida. || 4. Inútil, infructuoso o sin efecto. || 5. Arrogante, presuntuoso, envanecido. || 6. Insubsistente, poco durable o estable. || 7. Que no tiene fundamento, razón o prueba. || 8. fig. y fam. V. cabeza vana. || 9. m. Arq. Parte del muro o fábrica en que no hay sustentáculo o apoyo para el techo o bóveda; como son los huecos de ventanas y puertas y los intercolumnios. || en vano. loc. adv. Inútilmente, sin logro ni efecto. || 2. Sin necesidad, razón o justicia. || una ~ y dos vacías. 1. expr. coloq. U. para advertir a quien habla mucho y sin sustancia.

desmig_ada
automatismo del día a día
de la alacena a la mesa a las manos_



gozne
A veces miraba las ventanas cuando estaba en la calle. Me sorprendía entonces no reconocer las mías enseguida, pero nada las distinguía de las demás. En la escalera, los buzones tenían nombre, en cada planta había un número en la pared y una letra sobre cada puerta, pero las ventanas se sucedían en un orden que lo confundía todo. Parecían una misma palabra repetida sin cesar o bien pequeñas explosiones de silencio. [...]
Poco después se abría una ventana y aparecía una cabeza, como un animal saliendo de un agujero. En ese mismo momento me acordaba de que en el interior de ese agujero había otros agujeros: los cuartos, y en los cuartos, los armarios con sus cajones, sus cajas, sus frascos, todo un mundo de receptáculos, que estaba, como la casa o el edificio entero, hecho de vacíos que cada cual llenaba a su manera. ¿No se levantaban también los edificios sobre los huecos del sótano, sobre aquel corredor parecido a una calle subterránea que sólo el vigilante conocía?. Catherine François, El árbol ausente

cuatro paredes
Con todo, debemos admitir una extraña ambivalencia ontológica de las paredes: vistas desde dentro, están dadas, vistas desde fuera, están hechas por el ser humano. (Es ésta una diferencia entre el habitante de las cavernas y nosotros: él no podía ver sus paredes por fuera, carecía de “distancia filosófica”.) Nosotros podemos salir de nuestras cuatro paredes y ver no sólo el mundo exterior, sino también nuestras propias cuatro paredes. Somos seres reflexivos y especulativos. Por eso podemos hacer algo que el cavernícola no podía: desarrollar una filosofía de la cultura. Y la cultura se nos aparece bajo la forma de una colección siempre creciente de cosas, que ponemos frente a las cuatro paredes de nuestra morada, para tapar su desnudez y ocultar el hecho de que nos están dadas. A veces, esas cosas, que constituyen la cultura, ocultan algo más que la mera desnudez de las paredes. Vilém Flusser, Filosofía del diseño. La forma de las cosas, “Paredes desnudas”

bajo techo
La casita se llama Tractatus. Es un nombre que trata de embrollarnos. Pues, al entrar en la casa, constatamos inmediatamente que aquí nadie trata de agasajarnos. Muy al contrario, éste es un lugar de imágenes reflejadas. La casa está apoyada sobre seis pilares, que se sostienen unos a otros mediante travesaños ordenados jerárquicamente. Mas en el centro se yergue un séptimo pilar, que tiene la función de romper el edificio y desgajarlo del suelo. Así pues, la casa, en todas sus esquinas, ángulos y junturas, se mantiene protegida, acorazada e inexpugnable. Y sin embargo, precisamente por esa razón, amenaza con derrumbarse y desaparecer sin dejar rastro: condenada desde el principio, nada más empezar.
El edificio está asentado: las proposiciones que lo componen lo asienten y lo asientan. Cada proposición presupone todas las anteriores, y ella misma está presupuesta en todas las proposiciones siguientes. Proposición tras proposición va entrando el visitante en las supuestas habitaciones, y su pie se apoya en consistencias. Y de golpe, con una proposición, con una única proposición, se retira el suelo bajo los pies. El intruso se precipita en el pozo sin fondo de lo insondable. Vilém Flusser, Filosofía del diseño. La forma de las cosas, “Arquitectura wittgensteiniana”



L’utilisateur de l’hypertexte, lui, pratiquerait plutôt la plongée sous-marine. Il se met à l’eau, il se faufile entre les récifs et les coraux, il est en chasse. Car parcourir un hypertexte, c’est être partie prenante d’un système qui se reconfigure à chaque déplacement, un système mouvant dont on n’a jamais de vue globale mais seulement une vue locale. À chaque mouvement se découvre un nouveau paysage, de nouvelles perspectives, de nouvelles invitations à poursuivre le voyage. Jean Clément, Hypertexte et complexité, “Hypertexte et mapping de l'information