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jueves, 26 de enero de 2023

papel sensibilizado

el álbum de fotos familiar, de mano en mano, atravesado por rituales tradicionales o ceremonias, va más allá de ser un objeto personal: transita entre las historias y lo histórico, entre lo privado y lo social, despegándose de lo propio para aproximarse a lo ajeno y acaso desprenderse totalmente con el paso del tiempo
Adolph de Meyer (1908)
quizás por eso, hoy he sentido cierta melancolía pasando las páginas del álbum de fotos con un sentir en préstamo. por momentos, determinados modos o gestos de personas lejanas, de vivires ajenos me tocaban como próximos
Todas las imágenes desaparecerán.
Annie Ernaux, Los años
porque al inicio de Los años, Annie Ernaux transmite una urgencia matizada de impotente finitud por no querer dejar fuera nada: escribir contra el terror a la disolución en la vorágine del tiempo.
PHILIPS 128GB
What really connects words and things? Anne Carson, The Beauty of the Husband: A Fictional Essay in 29 Tangos
contra el revés caduco, ser apenas un puñado de retinas impresionadas, unos metros de película, papel sensibilizado; o ahora ya un incansable cómputo de megapíxeles

las imágenes reales o imaginarias, las que perduran hasta durante el sueño

las imágenes de un momento bañadas por una luz que les es propia

Se desvanecerán todas de golpe
Annie Ernaux, Los años
The Book End of Time (Tacita Dean, 2013)
cuando entra en materia y se detiene en cada foto ya de verdad me doy cuenta de que, si recorrer el libro me genera cierta ansiedad,

Annie Ernaux leyendo bajo una escultura de Cristina Iglesias

no se debe tanto a la necesidad de leer lo que seguirá —asumiendo un rol de dispositivo de memoria— como al hecho de temer, con la autora, ese desvanecimiento de las imágenes por lo que de vida arrastra
Salvar algo del tiempo en el que ya no estaremos nunca más.
Annie Ernaux, Los años
Reading

jueves, 3 de enero de 2013

identity as a porcelain christmas tree

leer Papeles falsos más que como una continuación natural de El tiempo baldío, como prolongación de La ciudad infinita, arraigada en el flujo de Marca de agua y sintiendo la voz de Valeria Luiselli vibrar en las cuerdas vocales, con la sensación de deslizarse por una superficie continua

En su libro sobre Venecia, Marca de agua, Brodsky escribe: «Por naturaleza inanimados, los espejos de los cuartos de hotel son aún más opacos a fuerza de haber visto a tantos. Lo que te devuelven no es tu identidad, sino tu anonimato.» Valeria Luiselli, Papeles falsos, “La habitación y media de Joseph Brodsky
*

Daniel Rybakken

sin embargo, la lectura de Una habitación desordenada, que se le superpone con cierta precipitación ansiosa, supone un debilitamiento de esa sensación física vinculada a la articulación de la palabra, sin que ello suponga dejar de sentir afinidad con ciertos gestos, tonos y su objeto de escritura (en particular los del ensayo “Anatomía del disperso” pero sobre todo los de “Una habitación desordenada”)

Gerold Tagweker, scan.portrait

al fin, tanto la obra de Valeria Luiselli como la de Vivian Abenshushan se manifiestan con una integridad contundente que las desmarca del desliz final de la de Alfonso López Alfonso

Aprenderíamos a sondear más hondo en nosotros mismos -continúa- mirándonos de vez en cuando en los espejos de un baño ajeno, lavándonos la cabeza con otro champú, o colocando la cara, alguna noche, en la almohada de otra persona. Valeria Luiselli, Papeles falsos, “Otros cuartos

en ambos casos, buen paladar transportado por los reflejos casuales en esos opacados espejos de baños ajenos en los que repara Brodsky y que nos acerca Valeria, que nos hacen percibir como ganancia personal ese anonimato, disolvente de la supuesta identidad propia, al igual que el recorrido de avatar en avatar por el que Leos Carax conduce al protagonista de Holy Motors, perfilado de poliédrica ambigüedad, asomado al abismo al que se precipitan las fronteras entre realidad y ficción o entre géneros cinematográficos; diluida cualquier jerarquía entre imágenes

Pero, en realidad, ¿quién es Oscar? [...] ¿Un actor? Quizás. En ese caso sería un actor ya cansado de su trabajo, alguien totalmente descreído, al que le resulta difícil trabajar ante unas cámaras invisibles “que se volvieron más pequeñas que nuestras cabezas”. Los signos de la representación se han borrado y solo queda la belleza del gesto, el acto puro de interpretar (para Oscar) o de filmar (para Carax). Piccoli duda: “¿La belleza? Dicen que todo depende del cristal con que se mire. Oscar: ¿Y si no queda ningún espectador que pueda mirar?” También podemos considerar que todo es una representación, siempre y cuando aceptemos que, más allá de Céline o del personaje de Piccoli, existe algún otro espectador, alguien que mire y que sea susceptible de ver la belleza de las interpretaciones de Oscar y de los demás actores. Holy Motors dibuja un mundo separado en dos bandos, los actores y los condenados a ser una única persona. Jaime Pena, “El espectro del cine”, Caiman Cuadernos de Cine, noviembre 2012, nº 10 (61)

proximidad al planteamiento de En la casa (François Ozon) donde los diálogos que con prudente distancia comienzan a urdir el guion, devienen hilos perversos que, al tensionar, imbrican lo real con la creación abismando a la trama la vida del que, descuidado, se creía un paso atrás

lunes, 17 de diciembre de 2012

cuarenta y ocho de cuarenta y nueve

Yo escribo desde una continua enajenación de las experiencias propias y una múltiple apropiación de las experiencias ajenas.
Iván de la Nuez, El mapa de sal

viernes, 14 de diciembre de 2012

jueves, 13 de diciembre de 2012

cuarenta y seis de cuarenta y nueve

Por qué no tienen sombras las casas que construyen las arañas, alcanzo a preguntarme mientras mis párpados se cierran nuevamente. Nunca antes me había sucedido, sentir que mi piel me esperaba a la puerta de casa. Emiliano Monge, Morirse de memoria

miércoles, 12 de diciembre de 2012

cuarenta y cinco de cuarenta y nueve

Acaso las ciudades y las palabras, en su movilidad incesante, en su capacidad de durar más que nosotros, sean realidades comparables.
Catherine François, El árbol ausente

martes, 11 de diciembre de 2012

cuarenta y cuatro de cuarenta y nueve

Sin embargo, la historia revive los elementos básicos del drama humano, como si estuvieran concebidos en un espacio vacío, desprovistos de cualquier otra vida excepto la vida de la propia historia.
Matti Megged, Diálogo en el vacío: Beckett y Giacometti, “Hacia la totalidad de la vida”

viernes, 7 de diciembre de 2012

cuarenta y dos de cuarenta y nueve

...el espejismo de los objetos, el movimiento en falso, las identidades borrosas son lo propio de la modernidad melancólica. Esta nace de la experiencia, no de que la realidad sea dialéctica, sino contradictoria.
José Luis Molinuevo, Retorno a la imagen

martes, 4 de diciembre de 2012

cuarenta de cuarenta y nueve

The terrible question “Who am I?” lives by its own in me, like a totally new entity, a mere excrescence from my body, made out of new and totally unknown skin and bones and organs.
Max Blecher, Adventures in the Immediate Unreality

viernes, 30 de noviembre de 2012

treinta y nueve de cuarenta y nueve

Pensé en la identidad como en una pequeña fortuna familiar que me hubieran confiado desde niño, una cantidad que tendría que haber administrado hábilmente hasta el final de mis días y que yo había optado por malgastar hasta la bancarrota.
Juan Sebastián Cárdenas, Zumbido

jueves, 29 de noviembre de 2012

treinta y ocho de cuarenta y nueve

Life is experience.
It’s all so simple. Experience is
The chair we sit on.

The sitting. The thinking
Of you where you are a blank
To be filled
In by missing.
Mary Jo Bang, “You Were You Are Elegy

miércoles, 28 de noviembre de 2012

treinta y siete de cuarenta y nueve

Encontrar la distancia justa, entre el placer del relato y la evidencia de su condición fantasmagórica. Pero no convertir ese gesto en “ciencia”, ni en “antropología”, ni en “estudios culturales”, sino en puro flujo del pensar que impida la momificación.
Carlos Losilla, La invención de la modernidad

martes, 27 de noviembre de 2012

treinta y seis de cuarenta y nueve

Porque después de todo, ¿qué supe yo de mí?
sólo supe mi nombre, mi estela en el espacio,
los nombres de lugares ¿que ocupaba?
los nombres de personas ¿que pasaron?
Tan sólo nombres. Nombres y palabras...
Julia Uceda, Hablando con un haya, “Pentimento

lunes, 26 de noviembre de 2012

treinta y cinco de cuarenta y nueve

vemos
o mejor: creemos ver
en pedazos lo que es entero
entero lo que se rompió en pedazos
Christoph Janacs, Tras la Ceniza

jueves, 22 de noviembre de 2012

treinta y tres de cuarenta y nueve

Delphine Agut, for instance, writes: “L’identité des personnages pourrait alors se fonder uniquement sur leur intégrité corporelle dûment reconnaissable, identifiable. Mais il n’en est rien. Les clairsobscurs, les contre-jours empêchent de les identifier avec certitude. L’identité corporelle se dissout. On ne sait si Roscoe et Seymour se battent, font l’amour, leur corps ne se distinguent pas dans la pénombre.” Greg Hainge

miércoles, 21 de noviembre de 2012

treinta y dos de cuarenta y nueve

La saturación de datos e imágenes con que llenamos nuestro tiempo en nuestros espacios conectados quiere (y puede) aniquilar el espacio vacío requerido para una autogestión del yo, para la dotación de sentido y la crítica de aquello que hacemos, pero también su posibilidad de «pérdida», de «tiempo vacío» o de juego: esa ventana, esa nube, ese rostro… Remedios Zafra, Un cuarto propio conectado