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jueves, 21 de diciembre de 2023

Blood Songs on Black

qué fantasía las Movidas raras de Rodrigo García con estética noventera
Esa música en la vida de la vida, que eternamente sube y cae, eternamente cae y sube, para acoger la gracia sin por qué. María Negroni Interludio en Berlín
amor roto en covers, sí PERO «Ríanse de las canciones de despecho de Shakira. De la Despechá de Rosalía y de todos los hits de desamor que hayan escuchado últimamente» ante ese pico de placer escénico que sobreviene en el primer acto de Vudú (3318) Blixen cuando Angélica rasga de dolor canciones francesas de amor
Caravaggio, Mary Magdalene
Et si tu n'existais pas
J'essaierais d'inventer l'amour
Comme un peintre qui voit sous ses doigts
Naître les couleurs du jour
Et qui n'en revient pas
Joe Dassin Et si tu n'existais pas
(Malgrat que ja faci dues setmanes, nosaltres tampoc ens traiem del cap Vudú (3318) Blixen de l'Angélica Liddell):
Comenzamos el viaje a tumba abierta con “Plañideras”, una llamada a la muerte que es puro desgarro y llanto por seguiriya, con una Angélica Liddell a la que, como decía La Piriñaca, la boca le sabe a sangre. David Pérez Flamenco. Mausoleo de celebración, amor y muerte
igualmente impresión de primer grado al escuchar por sorpresa su incursión en el cante de la mano de Niño de Elche con el feat que abre Mausoleo,
A la muerte yo llamo y no
no quiere venir
yo estoy llamando a la muerte no
y hasta la muerte tiene compañera
lástima de mí
yo voy llamando a la muerte
y no quiere venir
Manuel Agujetas
Johannes Vermeer, La lección de música interrumpida
desgarrada contorsión vocal de la tradición flamenca Made in Spain
Como todas las marionetas crees que eres humano. Es el sueño de toda marioneta. Ser humana.
Andrei Tarkovsky Solaris (1972)
comparto con Marina Arranz que «Recordar seis horas de espectáculo es como recordar una vida». es cierto; Angélica plantea un recorrido por su obra y, puesto que en ella incorpora sus Reality Bits, el recorrido por las décadas de su carrera, nos retrata un poco también
y avanza por el día
donde el árbol es árbol
y donde la piedra es piedra
y el viento viento
y donde las palabras
son una unidad incomprensible
de todo lo que ha sido y todo lo que desaparece
Jon Fosse
en general, la impronta de dolor desplegada permite dotar de dimensión al placer originario
...una necesidad vital se activa provocando la «conjunción paradójica» (expresión de Hélène Cixous) de vivir simultáneamente en dos planos: «el de la vida y el de la escritura».
Gema Monlleó, Annie Ernaux
los textos y modos excesivos se mantienen de actualidad y hasta cobran, si cabe, mayor sentido, en el actual contexto de regresión cultural y social. con el paso de los años, afinado el ejercicio estético dramático, deviene magistral (estoy con Pablo Caruana).
Sus obras están estructuradas sobre un sistema de tensiones entre polos contrarios, una dialéctica no resoluble entre lo espiritual y lo corporal, la pureza y la escatología, lo sublime y lo grotesco, la belleza y el dolor, la inocencia y la culpabilidad, la abstracción conceptual y la concreción material, unión de contrarios que define lo aberrante, lo monstruoso o lo inhumano, obsesiones constantes de su mundo (Cornago, 2005: s/p).
*

de Vudú (3318) Blixen a Liebestod. El olor a sangre no se me quita de los ojos. Juan Belmonte. verla. haber leído sobre la pieza desde la publicación del texto Solo te hace falta morir en la plaza en verano de 2021. quedarme, en suma, con el título exclamado por Oriol Puig Taulé en su artículo de Núvol: Estimeu-me, fills de puta!
H[ijos de] P[uta]
y este fragmento:
La caixa negra del teatre es converteix en una caixa groga, desafiant la superstició més important del teatre. Molière, va te faire foutre. Groc-arena, groc-Espanya, groc-platja. Fons de plaça de toros, amb dos burladeros que serveixen per entrar i sortir d’escena. Estupenda il·luminació de Mark Van Denesse.
porque en Liebestod, habita Angélica el escenario sometida a la imagen que ha creado de sí misma: partiendo del rol de mártir de su público, inicia la obra con una escarificación encarada como un acto rutinario de cuidado pausado al son de un interminable loop de Las Grecas: «No... no puedo vivir. Yo sin su amor, sin su amor no viviré. No viviré, no viviré» culminada con estampaciones de Verónica. la amalgama de elementos desplegada parece tratar no tanto de expresar su desolación ante la vulnerabilidad de la contradicción cuanto la autoconsciencia del juego de la autoficción o, como leemos en Solo te hace falta morir en la plaza y la escuchamos declamar LA TENDENCIA A LA PARADOJA de Ciorán «Que todo en mí es herida y ensangrentamiento, de esto me he convencido definitivamente. El sufrimiento me ha dado, sin embargo, el coraje de la afirmación, la osadía de la expresión y la tendencia a la paradoja».

*

acabado el mes de noviembre, inmersos en la Navidad rojigualda (blanca ya no nos queda, ni Maxibon; solo nos quedan los desiertos), lo único a lo que nos podemos agarrar es a los relatos interpuestos:
CON suerte, dejaré a mis lectores un cuaderno ilegible, sofisticado e inhábil, lleno de turbulencias en medio de toda clase de tensiones entre escribir y no escribir. Y eso que no me faltó un corazón dúctil a las tautologías, ni me negué a desplazarme por infinitas ciudades, visitando gimnasios, hoteles, museos, supersticiones y mercados, sin más preocupación que rendir homenaje a la realidad muda, donde están en juego la noche del signo y el derecho a sufrir, esa carrera de caballos pisoteando el alma durante los recreos de un dios ciego.
María Negroni Interludio en Berlín
, también a la memoria Y los peces en el río a combatir contra los hombres (2003) o L'orgueil du rien, por otra parte (2016).
Botticelli, La primavera
Recordar, dicen los etimólogos, significa «traer de nuevo al corazón». El corazón, sin embargo, no es más que un órgano desmemoriado que bombea sangre.
Valeria Luiselli El don de reinventar nuestros pasados

lunes, 16 de octubre de 2023

espacio interior

La escena donde toda escena tiene su origen en lo invisible sin lenguaje es una actualidad incesantemente activa.
Pascal Quignard Las sombras errantes
Jonas Mekas, Walden: Diaries, Notes and Sketches (1969)
Cerrar los ojos o la disyuntiva entre el principio o fin de la invisibilidad: llegar a no ser Víctor (Miguel, Julio)
El pasado se edifica en cada ola del tiempo que avanza. El pasado del que disponen los contemporáneos no es ni siquiera el mismo cada vez que asciende del reino de la sombra. El pasado de Mallarmé no es el de Michelet; ni el de Rembrandt el de Vermeer; ni el de Chuang-tsé el de Heráclito; ni el de Cervantes el de Shakespeare.
Pascal Quignard Las sombras errantes
en cambio, una Ana eterna
Que Ana Torrent repita por dos veces su “Soy Ana” es como un aparte teatral, una acotación o una mirada a cámara. Conversación con Jaime Pena sobre El espíritu de la colmena
reluce en la grisalla otoñal de Erice frente a la luminosa de Moretti;
-¿Qué ves en el fondo oscuro?
¿Qué ves que tiemblas y callas?
-¡No veo! Miro cual mira
un ciego
al sol cara a cara.
Rosalía de Castro
luminosa sí pero lo que más valoro es que me haya devuelto la emoción por Caro diario (1993) inalterada

*

50 años después, regreso a El espíritu de la colmena (Víctor Erice, 1973). tras 25 años, Huellas de un espíritu (Carlos Heredero, 1998) volvía a Hoyuelos. Elías Querejeta y Ángel Fernández-Santos daban detalles de su proceso de creación que Jaime Pena revisa en una conversación reciente:
Un par de películas de Saura están muy influidas por cuestiones casi de explotación comercial de la figura de Ana Torrent. Está el caso de Cría cuervos (Carlos Saura, 1976) y también cómo Querejeta y Saura toman la idea central de la parte contemporánea del proyecto original de El espíritu de la colmena como punto de partida para elaborar Elisa, vida mía (Carlos Saura, 1977). Está muy clara la influencia de Erice en Los motivos de Berta (José Luis Guerin, 1983).
Jonas Mekas, Walden: Diaries, Notes and Sketches (1969)
¿Quién me dijera, Elisa, vida mía,
cuando en aqueste valle al fresco viento
andábamos cogiendo tiernas flores,
que había de ver, con largo apartamiento,
venir el triste y solitario día
que diese amargo fin a mis amores?
Garcilaso de la Vega
compruebo, frente a la pantalla, que Elisa, vida mía (Carlos Saura, 1977) recoge parte desechada del guion original de El espíritu de la colmena que, pasados los años, Elisa y Berta se funden como variaciones ilegítimas de Ana, dando lugar a una biografía frankenstein cinematográfica de pertenencia (e incluso pertinencia) dudosa, inquietante
El título, en realidad, no me pertenece. Está extraído de un libro, en mi opinión, el más hermoso que se ha escrito nunca sobre La vida de las abejas, y del que es autor el gran poeta y dramaturgo Maurice Maeterlinck. En esa obra, Maeterlinck utiliza la expresión 'El espíritu de la colmena' para describir ese espíritu todopoderoso, enigmático y paradójico al que las abejas parecen obedecer, y que la razón de los hombres jamás ha llegado a comprender. (Víctor Erice, 1983)—.
(Víctor Erice lee la Biblioteca personal de Borges)
aunque más inquietante resulta el destino del director de fotografía Luis Cuadrado sobre los lentos fundidos a negro encadenados en el rostro de Ana con los ojos cerrados
It had no color, it was all
interior space: nothing
got in or out
.
Louise Glück, Vita Nova, “AUBADE
que se me aparece entre las páginas de un pequeño libro gris