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martes, 10 de julio de 2012

the diving and the snorkeling

el placer de paladear lentamente un libro minúsculo,
Y en esta suspensión los elementos del cuadro (vasos, cacharros, flores, frutas, tarjetas, fotos sobre superficies improvisadas) son aparentemente insignificantes (“rhopos” en griego quiere decir “objetos triviales”) porque carecen de identidad: cobran un valor estrictamente instantáneo que sólo se presta a ser consignado, descrito visualmente. José Muñoz Millares, Los homenajes de Ramón Gaya

Nathan Hylden, Untitled 2011

rastrear una B.S.O.
Se trata de indagaciones realizadas en un espacio doméstico y cotidiano, compartiendo la cualidad que Linda Ehrlich atribuye al bodegón, en la medida en que nos muestran los objetos más sencillos bajo una luz que los transfigura y los hace a la vez mundanos y trascendentales. (« Interior Gardens: “Dream of Light” and the Bodegón Tradition » Cinema Journal 34.2 1995). Norberto Mínguez, “Pensar con imágenes: tres ensayos cinematográficos”, Revista de Occidente, nº 371, abril 2012

out (arythmetrics) of
those technologies that shape us

Its every aspect has been calculated to produce the effect of nature raised by artifice to a higher power».
Jonathan Brown, Francisco de Zurbarán

Damien Hirst

Real wood! Miniot Cover for iPad 2

Un vaso de agua es el teatro y espejo de sus miradas cansadas en unos ojos infinitos. Ángela Molina, “Longevos

Traducido por robots.Ver idioma original. ¿Que? Todavía vida de las ostras

En el agua del obsequio demora el manantial. En el manantial demora el roquedo: en él, el oscuro sopor de la tierra que recibe las lluvias y el rocío del cielo. En el agua del manantial demoran las nupcias de cielo y tierra. Martin Heidegger, “La cosa

the sky and the ground (for Remy Charlip), Michael Dumontier, 2012, foil stamp on found books.

o puesta-en-camino

Rachel Hinman at Nokia has a great analogy that contrasts mobile behavior with desktop behavior; she says the desktop is “diving” while mobile is “snorkeling”. Luke Wroblewski, Mobile First

the sky and the ground (for Remy Charlip), Michael Dumontier, 2012, foil stamp on found books.

miércoles, 26 de mayo de 2010

biopsia (una muestra)

Teje, tejedor del viento (Joyce)
Sílvie Rothkovic, “L'altre no

leer a Rodney Graham

Si bien Graham se apropiaba al principio de las obras e ideas de otros, ha desembocado en un proyecto de autoapropiación en que los autorretratos -abiertos, disfrazados, ocultos o alegóricos- juegan un papel central. Con todo, ese proceder tiene una relación apenas tangencial con la psicología, el autoanálisis o conceptos similares. La autocaracterización como personaje y la actuación han de entenderse en la obra de Graham ante todo como una posibilidad para mantener la contemplación de la modernidad inacabada en un equilibrio tan precario como gozoso entre afirmación y conjetura, entre autoridad y amateurismo. La observación participativa como único camino viable. Julian Heynen, “Una especie de autor” en el catálogo Rodney Graham, A través del bosque

me hace levantarme a por el libro robado de Dora García: «Si tiene este libro en sus manos, probablemente se encuentra en una exposición, en una sala dedicada a la artista Dora García»



Así, la máquina textual -la máquina de escribir- que Graham sitúa en el oculto seno de la habitación vacante cuya territorialidad el mismo relato (rizo barroco donde los haya) describe, o más bien postula, ronronea con el soniquete de esa maquinaria cuya espontaneidad y eficacia se retroalimenta en un proceso de autoescritura en el que el deslizamiento del significante es al mismo tiempo motor y resultado -llámesela, con siglado sigilo, ics, ciega productividad de todo (in)pensamiento, negra eficacia de todo trabajo de la producción de (in)conciencia. José Luis Brea, Nuevas estrategias alegóricas, “Are you kidding, man?

aunque en realidad la idea era recoger el hilo de una lectura de lecturas y convertir una muestra de publicaciones de actualidad en contexto (o, mejor, marco)

Y a pesar de que infatigablemente seguimos reflexionando sobre en qué clase de lectores, de observadores, de escritores y de productores de imágenes estamos convirtiéndonos, cada vez experimentamos más el vértigo de estar expuestos y atravesados por millones de historias a una demoledora velocidad.
Estamos hechos de la misma materia de esos relatos.
Ya no leemos ni vemos ni oímos ni escribimos del mismo modo, aunque tengamos la impresión de que todo sigue más o menos como siempre. rafael cippolini, "Mi abuela era cyberpunk"



apenas escribiendo: hoy es sábado 8 de mayo. desayuno con Babelia nº 963. en “Romper los marcos mentales”, Josep Ramoneda reseña Marcos de guerras. Las vidas lloradas de Judith Butler. recoge este fragmento:

Lo que limita quién soy es el límite del cuerpo, pero el límite del cuerpo nunca me pertenece plenamente.

y se pregunta: «¿de qué manera las normas que rigen qué vidas son consideradas humanas entran en los marcos mediante los cuales se desarrolla el discurso y la representación visual, y cómo estas delimitan u orquestan a su vez nuestra capacidad de respuesta ética al sufrimiento?»



continúo la lectura del suplemento. Manuel Cruz, escribe en “Un filósofo cosmopolita” sobre Los remanentes del ser. Ontología hermenéutica después de la metafísica de Santiago Zabala:

Un pensamiento que rechaza los modos rígidos y esencialistas de entender el Ser (y que, en ese sentido, se hace plenamente merecedor, en sintonía con los tiempos en los que se inserta, del calificativo de posmetafísico) sin por ello abandonar el concepto, aunque inclinándose, eso sí, por concepciones más fluidas, maleables y adaptables del mismo. Probablemente constituya ésta la única manera hoy a nuestro alcance de no dar por definitivamente perdida la vieja pregunta filosófica por el sentido de lo existente.

y Féliz de Azúa en “La filosofía en el vertedero” siguiendo a José Luis Pardo en Nunca fue tan hermosa la basura, afirma de «[...] los cuerpos-basura que deben ser reciclados constantemente mediante implantes, cirugía, culturismo, o con tatuajes y piercing si son económicamente débiles»



Para ser más humano, sería preciso cada vez escribir el libro que estamos viviendo o leyendo. Hélène Cixous, El amor del lobo y otros remordimientos, “El libro negado

viernes, 23 de abril de 2010

Chapter Five, Pale Fire (Assonant Rhyme)

[galería de objetos encontrados]

The novel's unusual structure has attracted much attention, and it is often cited as an important example of metafiction;[4][5][6] it has also been called a poioumenon.[7]

Poioumenon (plural, "poioumena") is a term
coined by Alastair Fowler to refer to a
specific type of metafiction in which
the story is about the process of creation.
Wikipedia, the free encyclopedia -
Postmodern literature, "Poioumena"

The connection between Pale Fire and hypertext was stated soon after its publication; in 1969, the information-technology researcher Ted Nelson obtained permission from the novel's publishers to use it for a hypertext demonstration at Brown University.[8] Wikipedia, the free encyclopedia - Pale Fire



Al bosc, Resonances. plano de color

efface, expunge, erase, delete, rub out, wipe out, obliterate
Vladimir Nabokov, El original de Laura

Gerhard Richter en el jardín de Giverny

Nada permanece al lado, alrededor del deterioro de aquel colosal naufragio, infinito y desnudo. Las llanas y solitarias arenas se extienden a lo lejos. Amamos el lugar que odiamos, después odiamos el lugar que amamos. Dejamos el lugar que amamos, después pasamos toda una vida intentando recuperarlo. Acércate ahora y mira tus sueños. Acércate ahora... y mira los míos.

Como sois ahora, fuimos nosotros.
James Joyce

Terence Davies, Pero qué de aquello, SHANGRI-LA. Derivas y Ficciones Aparte Nº 11 - Enero - Abril 2010

jamais black dressed Heidi ne sera pas
King Kong, Heide

Entre las telarañas un insecto asistió al sueño de Hans, hilo por hilo. Andrés Neuman, El viajero del siglo

peut-être
Ana (in & out)
folding or unfolding papers
Evidence riverrun (La noche de los libros)
un puñado de hojas brutalmente arrancadas,
_blank



sueño, novela o pesadilla

Eliminarse a uno mismo con el pensamiento
una sensación de derretimiento
Vladimir Nabokov, El original de Laura

Salsas en las bardenas (Alix Delmas, 2007). Francia / España. 14’. Ohne Titel (Filmsetperformancebühnefilm) (Chistoph Meier, 2009). Austria. 4’. Future Cinema (Simon Mullan, 2007). Austria. 1’. Film (Hôtel Wolfers) (Dora García, 2009). España. 12’. Cinema Mundial 1957-2007 (Carles Asensio, 2008). España. 21’.

Asensio aleja su trabajo del tradicional lamento lloriqueante, y testimonia con precisión, y sin ningún ápice de cinismo digitalizado, el fin de una época y la inevitable indefinición de la que se avecina. El plano central del trabajo bien podría haber sido el último: la luz que incide sobre los fotogramas, en un largo zoom in que termina por inundar de luz blanca toda la pantalla. Porque hay algo esencial que todavía no ha cambiado: luz que incide, luz que se proyecta. Gonzalo de Pedro Amatria, "Acentos mezclados, imágenes mestizas, espacios comunes...", Cahiers du Cinéma España, abril 2010, nº 33

De Volta ao Quarto 666 (Gustavo Spolidoro, 2009). Brasil. 15’. A Weekend at the Beach with Jean-Luc Godard (Ira Schneider, 2009). EE UU / Alemania. 10’. The Two Teams Team (Manuel Saiz, 2008) España / Reino Unido. 10’. VOSE/*. Total programa: 87’ FILMOTECA ESPAÑOLA, 20.00 Rencontres Internationales Paris/Berlin/Madrid, Sala 2 CINE FUTURO

A ese libro, al que su autor calificó como “un retrato futurista del pasado”, un jurado, reunido en Barcelona, le otorgó ayer el Premio de la Crítica,... Javier Rodríguez Marcos, “No hay una literatura latinoamericana sino 20

Assonant Rhyme

¿Qué es, entonces, El original de Laura? José María Guelbenzu, "Quemar o no quemar"

Tot torna a començar

Estoy, con perdón, muy pdf. Enrique Vila-Matas, "Más allá de Gutenberg"

viernes, 15 de enero de 2010

i.e. a buttress (vano, na)

Nada de lo que se hace a ciegas es inútil para ver. Chantal Maillard, Hainuwele y otros poemas, “La ofrenda

si empiezo diciendo algo así como cuanto mayor pretendas hacer la distancia que separa un año de otro, menor terminarás por considerarla y hago el énfasis en la distancia, a algunos podría sonarles a anuncio de colonia Recuerdo que hace tiempo había un anuncio en televisión que empezaba En las distancias cortas... también podría prescindir del énfasis pero daría igual: me sonaría tan cierto el punto final Priceless® de la publicidad y sus comecocos rumbo a la feliz fusión como la insoportable gravedad del buscador_

¿ha de hablar el vaho
..........de todo aquello que calla
....................si no es qué (cuando) el silencio
lo aprisione entre las cuencas de sus ojos?
Neorrabioso, “Tres poemas de EDDIE (J. BERMÚDEZ)

cuando no es tanto el ojo cuanto el párpado
la mano cóncava
el sol_


Supón que ves el hueco de la mano, supón ahora que quitas la mano y queda sólo el hueco. Belén Gopegui, La escala de los mapas



un libro
una imagen_

Uno nunca sabe dónde ellas –las imágenes- habitarían más cómodas. Quizás en los rebotes de la luz entre las cosas, entre los seres del mundo –acaso flotando en la inmemoria de la nada, reverberando en las durezas que restan en lo ciego. Quizás mejor en las proyecciones que como fogonazos de deseo produce en la oscuridad nutricia del pensamiento la querencia del estar, del ser, para los hombres. José Luis Brea, “Una imagen es una imagen es una imagen (tres escenarios)

susurros
un hilo
luz negra

Luz negra del arte, luz ciega. Resplandor breve que, como aura oscura, asalta desde el reverso de un interior que no se tiene a sí mismo sino como eco completo y vacío del afuera – corte ciego en una trama infinita cuyo no lugar suspende en ecuación singularísima, concreta. José Luis Brea, Un ruido secreto, “Sol negro -La luz del arte-”

blancura ciega

Para volver a dar con el camino hacia la cama encendí la vela. A mi alrededor, la oscuridad se hizo más densa e impenetrable. Miré fascinada la mecha ardiente y negra que se erigía orgullosa en mitad de la llama. El fuego la envolvía y parecía no tocarla. El cuerpo de la vela dejaba transparentarse un pálido resplandor blanco, como si tuviera otro fuego alojado en su interior. No era una llama, ni siquiera una luz, era más bien una mancha delicada, una sombra blanca que no podía percibirse sino en plena noche y que no hería los ojos; una blancura ciega, no cegadora. Catherine François, El árbol ausente

un árbol_(ausente)

Como si de un árbol hueco quitásemos el árbol, como si de una pared hueca quitáramos la pared o de un armario quitásemos la madera y la barra con perchas y ropa colgada. Belén Gopegui, La escala de los mapas



Quien dice hohl ("hueco", "vacío") está tocando la raíz. De la palabra hohl surgen tanto Heil ("salud", salvación") como Hölle ("infierno"), y en inglés se escribe tanto hole ("vacío") como whole ("total"). El que dice hohl habla de la totalidad. Vilém Flusser, Filosofía del diseño. La forma de las cosas, “Ollas”

aquella imagen
un post
esta imagen:

en el detalle, la fractura y la enmienda de lo frágil en lo cotidiano: sobre lo que (no) era y (no) es, sobre quien (no) se era y (no) se es o ¿la incapacidad infantil de reconocer a la abuela en la joven que fue »-¿Y ahora quién es? -Y me dijo: “Fíjese: en este ¿Ahora quién es? radica el enigma de una vida”»? (not sure!). mirada extrañada a las sopas de pan o tal vez decirse hay algo en la palabra vajilla que la aleja de lo diario

NO real flowers would give of themselves
as these do, the soft tips of their petals
easing out under the painted gold borders,
then bleeding into puffs of blue, and the aunt
who in her old age gave me these cups
and saucers, the plates, bread plates and platters
the gravy boat, and the big covered bowl
that for seventy years she brought to her table
heaped high with buttercup potatoes,
she too, like one of these soft blue flowers,
has slipped beyond the thin line at the edge.
I lift this cup to her. Flow, blue. Ted Kooser, Delicias y sombras, “FLOW BLUE CHINA

a la misma velocidad que la aproxima a otros términos
cosas, objetos_

vano1, na. (Del lat. vanus.) adj. Falto de realidad, sustancia o entidad. || 2. Hueco, vacío o falto de solidez. || 3. Dícese de algunos frutos de cáscara cuando su semilla o sustancia interior está seca o podrida. || 4. Inútil, infructuoso o sin efecto. || 5. Arrogante, presuntuoso, envanecido. || 6. Insubsistente, poco durable o estable. || 7. Que no tiene fundamento, razón o prueba. || 8. fig. y fam. V. cabeza vana. || 9. m. Arq. Parte del muro o fábrica en que no hay sustentáculo o apoyo para el techo o bóveda; como son los huecos de ventanas y puertas y los intercolumnios. || en vano. loc. adv. Inútilmente, sin logro ni efecto. || 2. Sin necesidad, razón o justicia. || una ~ y dos vacías. 1. expr. coloq. U. para advertir a quien habla mucho y sin sustancia.

desmig_ada
automatismo del día a día
de la alacena a la mesa a las manos_



gozne
A veces miraba las ventanas cuando estaba en la calle. Me sorprendía entonces no reconocer las mías enseguida, pero nada las distinguía de las demás. En la escalera, los buzones tenían nombre, en cada planta había un número en la pared y una letra sobre cada puerta, pero las ventanas se sucedían en un orden que lo confundía todo. Parecían una misma palabra repetida sin cesar o bien pequeñas explosiones de silencio. [...]
Poco después se abría una ventana y aparecía una cabeza, como un animal saliendo de un agujero. En ese mismo momento me acordaba de que en el interior de ese agujero había otros agujeros: los cuartos, y en los cuartos, los armarios con sus cajones, sus cajas, sus frascos, todo un mundo de receptáculos, que estaba, como la casa o el edificio entero, hecho de vacíos que cada cual llenaba a su manera. ¿No se levantaban también los edificios sobre los huecos del sótano, sobre aquel corredor parecido a una calle subterránea que sólo el vigilante conocía?. Catherine François, El árbol ausente

cuatro paredes
Con todo, debemos admitir una extraña ambivalencia ontológica de las paredes: vistas desde dentro, están dadas, vistas desde fuera, están hechas por el ser humano. (Es ésta una diferencia entre el habitante de las cavernas y nosotros: él no podía ver sus paredes por fuera, carecía de “distancia filosófica”.) Nosotros podemos salir de nuestras cuatro paredes y ver no sólo el mundo exterior, sino también nuestras propias cuatro paredes. Somos seres reflexivos y especulativos. Por eso podemos hacer algo que el cavernícola no podía: desarrollar una filosofía de la cultura. Y la cultura se nos aparece bajo la forma de una colección siempre creciente de cosas, que ponemos frente a las cuatro paredes de nuestra morada, para tapar su desnudez y ocultar el hecho de que nos están dadas. A veces, esas cosas, que constituyen la cultura, ocultan algo más que la mera desnudez de las paredes. Vilém Flusser, Filosofía del diseño. La forma de las cosas, “Paredes desnudas”

bajo techo
La casita se llama Tractatus. Es un nombre que trata de embrollarnos. Pues, al entrar en la casa, constatamos inmediatamente que aquí nadie trata de agasajarnos. Muy al contrario, éste es un lugar de imágenes reflejadas. La casa está apoyada sobre seis pilares, que se sostienen unos a otros mediante travesaños ordenados jerárquicamente. Mas en el centro se yergue un séptimo pilar, que tiene la función de romper el edificio y desgajarlo del suelo. Así pues, la casa, en todas sus esquinas, ángulos y junturas, se mantiene protegida, acorazada e inexpugnable. Y sin embargo, precisamente por esa razón, amenaza con derrumbarse y desaparecer sin dejar rastro: condenada desde el principio, nada más empezar.
El edificio está asentado: las proposiciones que lo componen lo asienten y lo asientan. Cada proposición presupone todas las anteriores, y ella misma está presupuesta en todas las proposiciones siguientes. Proposición tras proposición va entrando el visitante en las supuestas habitaciones, y su pie se apoya en consistencias. Y de golpe, con una proposición, con una única proposición, se retira el suelo bajo los pies. El intruso se precipita en el pozo sin fondo de lo insondable. Vilém Flusser, Filosofía del diseño. La forma de las cosas, “Arquitectura wittgensteiniana”



L’utilisateur de l’hypertexte, lui, pratiquerait plutôt la plongée sous-marine. Il se met à l’eau, il se faufile entre les récifs et les coraux, il est en chasse. Car parcourir un hypertexte, c’est être partie prenante d’un système qui se reconfigure à chaque déplacement, un système mouvant dont on n’a jamais de vue globale mais seulement une vue locale. À chaque mouvement se découvre un nouveau paysage, de nouvelles perspectives, de nouvelles invitations à poursuivre le voyage. Jean Clément, Hypertexte et complexité, “Hypertexte et mapping de l'information