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viernes, 2 de marzo de 2012

un sol intermitente

Por su estructura dual, toda cultura, y en ella la actividad de la representación, comienza con la separación entre el pensamiento y la percepción para proceder a la recomposición del mundo. Marek Sobczyk, De la fatiga de lo visible, “I Del espíritu de la forma

considerar la agonía del blog a través de la idea de representación como sutura entre pensamiento y percepción (que sería como traer la reflexión de Marek Sobczyk de la pintura a la Red), resulta especialmente gráfico para ilustrar si no la fatiga de lo visible sí la tendencia a la homogeneización de la representación (quizás no tanto pero) subsumido el pensamiento por la percepción

butterfly

La narración de la última película de Mercedes Álvarez, Mercado de futuros (2011) cuenta la historia del poeta griego Simónides de Ceos, inventor del arte de la memoria, quien aconsejaba guardar los secretos del alma en lugares reales.
Simónides descubrió el valor de los lugares y objetos como depositarios de una memoria inmaterial: ...Hubo un tiempo, cuenta la narración, en que las ciudades eran portadoras de la memoria colectiva de sus habitantes...
/ 3XDOC / encuentro de creadores

intensificada la incontinencia perceptiva, el flujo homogeneizado optimiza el rendimiento portable al tiempo que tiende a instrumentalizar al usuario (más transmisor que emisor), inmerso en un proceso cuya intensa cercanía inhibe la perspectiva

box

De pronto se introdujo por entre las hojas de los árboles un sol intermitente. Fue en ese momento, frente a esa belleza inesperada, que sentí un nudo en la garganta: y ya no eran efectos del champán. Tuve conciencia de que algo terminaba, que con esa llave que el viejo me había confiado días atrás, también estaba clausurando mi infancia. Me senté sobre un leve montículo con pastito. Estaba húmedo y la sensación del frío me traspasó los pantalones, todavía cortos, pero no me levanté. Me puse insoportablemente cursi (ahora lo veo así, pero no aquel domingo) y sentí que esa humedad o las gotitas del musgo eran como las lágrimas del Parque, eran su estilo peculiar de despedirme. El Parque y mi infancia se fundieron en una imagen que también era gusto, olor, tacto, sonidos. Mario Benedetti, La borra del café

sun

martes, 15 de junio de 2010

Treelegy Two: Mind the Gap

They are three girls
pouring speech like water
poised and waiting
for their dancing lesson.
robert lax, a thing that is

a un escenario sin piel cuatro bombillas, dos sillas y un foco dotan de la versatilidad justa. e incluso profundidad. sobre la voz modulada, bastan una chaqueta y un pañuelo para enfatizar el despliegue polifónico de Fiona Shaw en The Waste Land y si todavía las palabras, Schwarz auf Weiß (Heiner Goebbels) en busca de un mundo, cabe su eco

Es un descenso hasta un grado cero de significación en lo que se refiere a la imagen del hombre, en un reduccionismo semejante, aunque antagónico, al del racionalismo obsesivo de los minimalistas, su conversión del cubo en dispositivo. Fernando Castro Flórez, El lugar del ventrílocuo. Unas reflexiones sobre la obra de Juan Muñoz

Claudio Magris, introduciendo la Carta de Hofmannsthal en “La indecencia de los signos”, afirma que lo que conduce a Lord Chandos a la locura no es el silencio sino la multiplicidad simultánea de las voces de la realidad.



en sentido opuesto, perseguir, adultos, la formulación del enunciado primigenio, podría reproducir un ejercicio de parvulario: rellenar la silueta de un árbol.

Cuando a mí me explicaron la semántica
el viejo profesor nos dijo a todos:
«Quiero que se imaginen un gran árbol»
Y nosotros, que aún no conocíamos
el amor ni la pérdida, pudimos. Ben Clark, Memoría, “Árboles

el resultado, susurrar al tronco el vaho del deseo; la aventura de El árbol ausente narrada con acento oriental (In the Mood for Love, Wong Kar-Wai). versionarla en español con Belén Gopegui sería otra historia: «Como si de un árbol hueco quitásemos el árbol,...

Los objetos y recuerdos se esfuman, cambian, desaparecen, pierden relación con el tiempo y el espacio, pero el artista ha de captarlos, darles un espacio y forma propios. Y la forma de hacerlo, no es «captando el contorno, sino el núcleo. Todo lo que existe es un núcleo duro revestido de sugerencias de una masa que se disuelve en el espacio...». Esta búsqueda de esenciales, del núcleo, caracteriza igualmente a los últimos años de Giacometti, desde 1952 a 1965. Su propia interpretación es la que sigue:

Es como si el núcleo hubiera retrotraído
todo el volumen hacia sí mismo; parece
más denso que la sustancia de la realidad.
La materia no necesita ocupar el espacio
que ocupa en la naturaleza, pues está más
concentrada en la naturaleza.
Matti Megged, Diálogo en el vacío: Beckett
y Giacometti

y esto sería como recuperar, a través del hueco perfilado por la ausencia

to and fro in shadow from inner to outer shadow
___

from impenetrable self to impenetrable unself
by way of neither.
Samuel Beckett, Neither

sábado, 5 de junio de 2010

Treelegy One: Underground (deletreando una negrura invisible)

There is no poem, no painting
that will hold
on paper or canvas
the look of the three trees
standing in the valley
with their young green leaves
.
robert lax, a thing that is

el recorrido sugerido por Matti Megged en Diálogo en el vacío: Beckett y Giacometti excava túneles entre núcleos de objetos que vinculan [no categórica- sino apenas] alegórica-mente el mito planteado por Beckett en El despoblador con la caverna de Platón y el Purgatorio de Dante. desde ahí, agarrados en las entrañas de la memoria, volvemos la mirada al tacto de Catherine François, El árbol ausente



para ser niños que exploran en hilera un pasillo subterráneo bajo la casa de sus padres.

En mis uñas veo la sombra negra que dejara la ceniza...
Emiliano Monge, Morirse de memoria

de la mano, templa el miedo un germinal reconocimiento del placer donde, con gusto a tierra removida, se atisba el infinito.

In the English translation contained in Perec’s script, Goethe’s short poem (a classic of German literature taught at every high school) reads as follows:

over every hill
is repose
in the trees
, you feel
scarcely goes
the stir of a breeze
.
hushed birds in the forest are nesting.
wait, you’ll be resting
soon too like these
.

Perec’s imaginary computer consists of three “memory” units and one “control” unit. Florian Cramer, Words made flesh: code, culture, imagination

viernes, 5 de marzo de 2010

Opus 4 nº 2: Ostinato Frozen Inner

An object, after all, is what makes infinity private. Joseph Brodsky, Watermark

en el detalle, la fractura y la enmienda de lo frágil en lo cotidiano:
abrir una alacena, la nevera


En el año 2000, la veterana Agnès Varda realizaba un gesto que condensa buena parte del devenir del documental en la última década. Mientras blandía una pequeña cámara digital, sus dedos, tratando de asir los vehículos que circulaban por una autopista, se convertían en un punto de mira que nos daba la nueva medida de las cosas: una cámara y un camión caben en la palma de una mano, ésta es la realidad que yo os muestro. Los espigadores y la espigadora contenía esa necesaria dosis de reflexión -ya autocrítica con una tradición- que ha dinamitado los principios de objetividad y sobriedad del documental hasta acabar desfigurándolo. Y quizás, no tanto para acercarlo a la ficción, puesto que estos años hemos visto cómo esta modalidad se ha parapetado en una negación: “no ficción”, una etiqueta que, en definitiva, recoge el desconcierto propio y ajeno; sino para ampliar sus límites y asumir, por fin, una serie de cuestiones antes vedadas de las que, en este somero repaso, destacaremos dos: la asunción de la propia subjetividad y la condición actoral de los personajes que participan en el film. Elena Oroz, "Pequeños gestos, enormes consecuencias", FUSIONES DE LA FICCIÓN Y EL DOCUMENTAL, Cahiers du Cinéma España, nº 31, Febrero 2010
además de
la instalación
el catálogo
el vídeo



y aun sin poder etiquetarla de "no ficción" no lejos del planteamiento de la reflexión de Elena Oroz, una película: Tres dies amb la familia. en ella, la narrativa de Mar Coll se articula contra la natural disposición al olvido que al hiperestímulo aturdidor de nuestra inmediatez hace frente como antídoto. construye su discurso desde un territorio no claramente delimitado que sería impreciso denominar memoria activando certeras estrategias de identificación y cuyos presupuestos son mecanismos de interiorización que articulan la ficción en un proceso cuyo carácter fragmentario aunado al nivel de extrañeza individual

Aquí no puedo ya continuar. No sé dónde ocurre fuera o si el texto está dentro, dentro fuera o si el texto está él mismo fuera, o si fuera está en el texto. He aquí lo que ocurre cuando se escribe lo que ocurre. Pero puedo decir aquí que estoy segura. Sí estoy segura de que estoy segura. Hélène Cixous, El amor del lobo y otros remordimientos

dificulta un intercambio con el exterior libre de conflictos. frente al impacto, la interposición de cierta distancia permite determinar la necesidad de anteponer la reflexión al precipitado devenir de lo simultáneo. cuando se adentra en esta visión macro de las relaciones, Mar Coll realiza una lectura rohmeriana, minimalista, de la proyección sentimental en los objetos desplegada por los protagonistas, en contacto directo con lo esencial del Wong Kar-Wai de Chungking Express pero con un estilo caracterizado por un despojamiento retórico antiefectista. recoge, así, el desamparo ante una alacena vacía a la hora de desayunar cuyo valor relacional trasciende a la esfera de lo personal

En este discurso, la lavadora parece la casa inmaterial de la conciencia, pero también un caparazón físico para el aislamiento. En la lavadora se limpia (y se agita) la ropa sucia, que es el síntoma físico de la intimidad. La ropa sucia es un objeto biográfico, tal y como lo describe Violette Morin, ya que es consecuencia del gusto, reafirma la individualidad y se deteriora con la experiencia. En el cine de Isabel Coixet los personajes llegan cargados con un saco de ropa sucia a esas lavanderías públicas que no tienen rincones y obligan a la convivencia. Las lavanderías se organizan como espacios cuadrados con las máquinas en el centro, las secadoras en un lado y unas grandes cristaleras a la calle, como escaparates, donde los personajes exponen sin querer parte de su secreto. Isabel Navarro, De los que aman: el cine de Isabel Coixet, “Los teléfonos dicen lo que los personajes callan. La elocuencia de los objetos en el cine de Isabel Coixet”

viernes, 15 de enero de 2010

i.e. a buttress (vano, na)

Nada de lo que se hace a ciegas es inútil para ver. Chantal Maillard, Hainuwele y otros poemas, “La ofrenda

si empiezo diciendo algo así como cuanto mayor pretendas hacer la distancia que separa un año de otro, menor terminarás por considerarla y hago el énfasis en la distancia, a algunos podría sonarles a anuncio de colonia Recuerdo que hace tiempo había un anuncio en televisión que empezaba En las distancias cortas... también podría prescindir del énfasis pero daría igual: me sonaría tan cierto el punto final Priceless® de la publicidad y sus comecocos rumbo a la feliz fusión como la insoportable gravedad del buscador_

¿ha de hablar el vaho
..........de todo aquello que calla
....................si no es qué (cuando) el silencio
lo aprisione entre las cuencas de sus ojos?
Neorrabioso, “Tres poemas de EDDIE (J. BERMÚDEZ)

cuando no es tanto el ojo cuanto el párpado
la mano cóncava
el sol_


Supón que ves el hueco de la mano, supón ahora que quitas la mano y queda sólo el hueco. Belén Gopegui, La escala de los mapas



un libro
una imagen_

Uno nunca sabe dónde ellas –las imágenes- habitarían más cómodas. Quizás en los rebotes de la luz entre las cosas, entre los seres del mundo –acaso flotando en la inmemoria de la nada, reverberando en las durezas que restan en lo ciego. Quizás mejor en las proyecciones que como fogonazos de deseo produce en la oscuridad nutricia del pensamiento la querencia del estar, del ser, para los hombres. José Luis Brea, “Una imagen es una imagen es una imagen (tres escenarios)

susurros
un hilo
luz negra

Luz negra del arte, luz ciega. Resplandor breve que, como aura oscura, asalta desde el reverso de un interior que no se tiene a sí mismo sino como eco completo y vacío del afuera – corte ciego en una trama infinita cuyo no lugar suspende en ecuación singularísima, concreta. José Luis Brea, Un ruido secreto, “Sol negro -La luz del arte-”

blancura ciega

Para volver a dar con el camino hacia la cama encendí la vela. A mi alrededor, la oscuridad se hizo más densa e impenetrable. Miré fascinada la mecha ardiente y negra que se erigía orgullosa en mitad de la llama. El fuego la envolvía y parecía no tocarla. El cuerpo de la vela dejaba transparentarse un pálido resplandor blanco, como si tuviera otro fuego alojado en su interior. No era una llama, ni siquiera una luz, era más bien una mancha delicada, una sombra blanca que no podía percibirse sino en plena noche y que no hería los ojos; una blancura ciega, no cegadora. Catherine François, El árbol ausente

un árbol_(ausente)

Como si de un árbol hueco quitásemos el árbol, como si de una pared hueca quitáramos la pared o de un armario quitásemos la madera y la barra con perchas y ropa colgada. Belén Gopegui, La escala de los mapas



Quien dice hohl ("hueco", "vacío") está tocando la raíz. De la palabra hohl surgen tanto Heil ("salud", salvación") como Hölle ("infierno"), y en inglés se escribe tanto hole ("vacío") como whole ("total"). El que dice hohl habla de la totalidad. Vilém Flusser, Filosofía del diseño. La forma de las cosas, “Ollas”

aquella imagen
un post
esta imagen:

en el detalle, la fractura y la enmienda de lo frágil en lo cotidiano: sobre lo que (no) era y (no) es, sobre quien (no) se era y (no) se es o ¿la incapacidad infantil de reconocer a la abuela en la joven que fue »-¿Y ahora quién es? -Y me dijo: “Fíjese: en este ¿Ahora quién es? radica el enigma de una vida”»? (not sure!). mirada extrañada a las sopas de pan o tal vez decirse hay algo en la palabra vajilla que la aleja de lo diario

NO real flowers would give of themselves
as these do, the soft tips of their petals
easing out under the painted gold borders,
then bleeding into puffs of blue, and the aunt
who in her old age gave me these cups
and saucers, the plates, bread plates and platters
the gravy boat, and the big covered bowl
that for seventy years she brought to her table
heaped high with buttercup potatoes,
she too, like one of these soft blue flowers,
has slipped beyond the thin line at the edge.
I lift this cup to her. Flow, blue. Ted Kooser, Delicias y sombras, “FLOW BLUE CHINA

a la misma velocidad que la aproxima a otros términos
cosas, objetos_

vano1, na. (Del lat. vanus.) adj. Falto de realidad, sustancia o entidad. || 2. Hueco, vacío o falto de solidez. || 3. Dícese de algunos frutos de cáscara cuando su semilla o sustancia interior está seca o podrida. || 4. Inútil, infructuoso o sin efecto. || 5. Arrogante, presuntuoso, envanecido. || 6. Insubsistente, poco durable o estable. || 7. Que no tiene fundamento, razón o prueba. || 8. fig. y fam. V. cabeza vana. || 9. m. Arq. Parte del muro o fábrica en que no hay sustentáculo o apoyo para el techo o bóveda; como son los huecos de ventanas y puertas y los intercolumnios. || en vano. loc. adv. Inútilmente, sin logro ni efecto. || 2. Sin necesidad, razón o justicia. || una ~ y dos vacías. 1. expr. coloq. U. para advertir a quien habla mucho y sin sustancia.

desmig_ada
automatismo del día a día
de la alacena a la mesa a las manos_



gozne
A veces miraba las ventanas cuando estaba en la calle. Me sorprendía entonces no reconocer las mías enseguida, pero nada las distinguía de las demás. En la escalera, los buzones tenían nombre, en cada planta había un número en la pared y una letra sobre cada puerta, pero las ventanas se sucedían en un orden que lo confundía todo. Parecían una misma palabra repetida sin cesar o bien pequeñas explosiones de silencio. [...]
Poco después se abría una ventana y aparecía una cabeza, como un animal saliendo de un agujero. En ese mismo momento me acordaba de que en el interior de ese agujero había otros agujeros: los cuartos, y en los cuartos, los armarios con sus cajones, sus cajas, sus frascos, todo un mundo de receptáculos, que estaba, como la casa o el edificio entero, hecho de vacíos que cada cual llenaba a su manera. ¿No se levantaban también los edificios sobre los huecos del sótano, sobre aquel corredor parecido a una calle subterránea que sólo el vigilante conocía?. Catherine François, El árbol ausente

cuatro paredes
Con todo, debemos admitir una extraña ambivalencia ontológica de las paredes: vistas desde dentro, están dadas, vistas desde fuera, están hechas por el ser humano. (Es ésta una diferencia entre el habitante de las cavernas y nosotros: él no podía ver sus paredes por fuera, carecía de “distancia filosófica”.) Nosotros podemos salir de nuestras cuatro paredes y ver no sólo el mundo exterior, sino también nuestras propias cuatro paredes. Somos seres reflexivos y especulativos. Por eso podemos hacer algo que el cavernícola no podía: desarrollar una filosofía de la cultura. Y la cultura se nos aparece bajo la forma de una colección siempre creciente de cosas, que ponemos frente a las cuatro paredes de nuestra morada, para tapar su desnudez y ocultar el hecho de que nos están dadas. A veces, esas cosas, que constituyen la cultura, ocultan algo más que la mera desnudez de las paredes. Vilém Flusser, Filosofía del diseño. La forma de las cosas, “Paredes desnudas”

bajo techo
La casita se llama Tractatus. Es un nombre que trata de embrollarnos. Pues, al entrar en la casa, constatamos inmediatamente que aquí nadie trata de agasajarnos. Muy al contrario, éste es un lugar de imágenes reflejadas. La casa está apoyada sobre seis pilares, que se sostienen unos a otros mediante travesaños ordenados jerárquicamente. Mas en el centro se yergue un séptimo pilar, que tiene la función de romper el edificio y desgajarlo del suelo. Así pues, la casa, en todas sus esquinas, ángulos y junturas, se mantiene protegida, acorazada e inexpugnable. Y sin embargo, precisamente por esa razón, amenaza con derrumbarse y desaparecer sin dejar rastro: condenada desde el principio, nada más empezar.
El edificio está asentado: las proposiciones que lo componen lo asienten y lo asientan. Cada proposición presupone todas las anteriores, y ella misma está presupuesta en todas las proposiciones siguientes. Proposición tras proposición va entrando el visitante en las supuestas habitaciones, y su pie se apoya en consistencias. Y de golpe, con una proposición, con una única proposición, se retira el suelo bajo los pies. El intruso se precipita en el pozo sin fondo de lo insondable. Vilém Flusser, Filosofía del diseño. La forma de las cosas, “Arquitectura wittgensteiniana”



L’utilisateur de l’hypertexte, lui, pratiquerait plutôt la plongée sous-marine. Il se met à l’eau, il se faufile entre les récifs et les coraux, il est en chasse. Car parcourir un hypertexte, c’est être partie prenante d’un système qui se reconfigure à chaque déplacement, un système mouvant dont on n’a jamais de vue globale mais seulement une vue locale. À chaque mouvement se découvre un nouveau paysage, de nouvelles perspectives, de nouvelles invitations à poursuivre le voyage. Jean Clément, Hypertexte et complexité, “Hypertexte et mapping de l'information